Norte de Argentina, del blanco y negro al color. Parte I
El norte de Argentina para nosotros estuvo lleno de contrastes, podemos decir que pasamos del blanco y negro al color, y no nos referimos solamente al sentido literal, sino más por el proceso que quiso la vida que tuviéramos en esta parte del mundo y bajo las circunstancias en que se presentaron, fue realmente una lección de vida que nos enriqueció y permitió que avanzáramos tras nuestros objetivos.
NUESTRA RUTA 👇🏼
EL BLANCO Y NEGRO
A pesar del incómodo cruce de frontera de Chile a Argentina que vivimos en el Paso de Jama, no se opacó la emoción que sentíamos de estar en Argentina, el paisaje de la puna era hermoso, las rutas largas y extensas me hacían adormecer, por fortuna Camilo resiste el sueño y toma la medida prudencial de parar cada que se siente cansado. Paramos en el único lugar que encontramos luego de muchos kilómetros avanzando, íbamos en búsqueda de WiFi y comida, resultó ser una oficina de turismo en Jujuy, nos compartieron WiFi y para dicha nuestra vendían empanadas argentinas acompañadas con banano, todavía siento ese sabor a victoria al probar esas deliciosas empanadas, la única comida de aquel 31 de diciembre de 2019.
La ruta debía seguir, sin haber logrado contacto alguno en Purmamarca ni haber visto la ruta en Google Maps para dimensionar en qué lugar del mundo nos encontrábamos. Avanzamos unos cuantos kilómetros más en medio de extensas tierras desoladas y habitadas por unos gigantescos cactus, hasta que el viento fuerte nos avisaba que habíamos llegado a las Salinas Grandes de Jujuy, el color blanco predominaba en el paisaje a donde direccionáramos nuestra vista, una vista impactada por la fuerte luz del sol que se reflejaba en aquel espejo blanco. Daban ganas de caminar por la inmensidad de aquel lugar, pero la visita tuvo que ser muy rápida porque la noche estaba próxima a caer y debíamos llegar antes a Purmamarca, el lugar elegido para pasar Año Nuevo.
Galería de las blancas Salinas Grandes de Jujuy, ubicadas a 3450 msnm
Luchamos contra el viento al salir de este lugar, realmente era muy fuerte y más adelante el panorama cambiaría drásticamente, ascendíamos entre montañas y el clima se tornó nublado y lluvioso, y sin saberlo nos enfrentaríamos a la Cuesta de Lipán a aproximadamente 4170 msnm, no veíamos nada a lo lejos porque una espesa nube cubría su cima y así, bajo la lluvia, cumplimos el reto de descender por una ruda carretera zigzagueante.
Y como si hubiésemos pasado a otro mundo, Purmamarca nos recibía bajo un cielo despejado y un sol que estaba por irse pero que aún daba calorcito. WiFi nadie nos compartía, por fortuna en el parque principal del pueblo tuvimos el chance de conectarnos y buscar dónde pasar la noche, confiábamos en que ocurriera un milagro, porque no teníamos ni un peso en el bolsillo, no encontrábamos lugar para hacer camping libre, la noche cayó y los ánimos también, todo el comercio estaba cerrado y quisimos recurrir al último recurso de retirar los últimos pesos que nos quedaban en nuestra cuenta bancaria, en muchos kilómetros a la redonda allí estaba el único cajero, pero para colmo de males, la máquina se había quedado sin dinero.
Camilo fue a recorrer las calles de Purmamarca en búsqueda de alguna opción para pasar la noche, yo me quedé junto a la moto insistiendo en buscar por Google algotra alternativa, pasaba el tiempo y veía a turistas y lugareños caminar felices y tranquilos, yo estaba tratando de mantener la calma mientras aguardaba por él mirando hacia todos los lados. Luego de un tiempo, casi eterno, nos encontramos y Camilo, con cara de cansancio, pero como siempre con una sonrisa en la cara, traía la buena nueva que había conseguido un espacio para nosotros en un camping y nos daban facilidades de pago.
Sentimos un gran alivio de haber encontrado un lugar para pasar la noche de Año Nuevo, se trataba del Hospedaje La Reliquia, habían otros campistas y gente celebrando, pero nada comparado a la víspera de Año Nuevo que se vive en nuestra Colombia. Acomodamos a Changüa y armamos la carpa, enchufamos nuestros celulares a la corriente eléctrica y pudimos conectarnos a WiFi, pero la señal no era muy buena, cosa que dificultó la comunicación con nuestros familiares y amigos. Empezó a llover, la hora que marcaba el reloj se acercaba a la media noche, y la tristeza-frustración-nostalgia nos derrotó por completo, abrazados y llorando nos sorprendió el inicio del año 2020, y nuestra cena fueron unas almendras que traíamos hace rato acompañadas de una botellita pequeña de pisco sour que habíamos comprado en Ica, Perú...
EL COLOR
Puede que las palabras transmitan, pero no lo suficiente como para dimensionar lo que sentíamos en aquel momento, amanecía un nuevo día y nosotros con la moral por el suelo, sacamos energías de donde no teníamos para empezar la jornada, y para dicha nuestra gracias al destino caprichoso, recibíamos una buena nueva entre tantos momentos de incertidumbre, se iba a dar un encuentro inesperado con una persona muy especial para nosotros, por fin empezábamos a ver la luz entre las tinieblas.
Purmamarca
Mientras esa persona llegaba a Purmamarca y con un poco más de ánimo, nos dispusimos a recorrer el lugar que nos albergaba durante las primeras horas del 2020, pese a los eventos desafortunados del día anterior, creábamos consciencia de lo privilegiados y bendecidos que estábamos siendo en esos instantes. Pasamos del norte de Chile por el Paso de Jama al norte de Argentina, cada uno con bellezas diferentes, el uno más desértico y árido, y el otro más colorido y con presencia de vegetación.
Purmamarca fue el primer lugar que nos recibió en Argentina y fue allí donde pasamos los primeros días del 2020, sin duda tiene una belleza exhuberante, es un sitio de contrastes y no solo por ser un pueblo ubicado a los pies del Cerro de Siete Colores sino que además en nuestra historia de viaje eso representó: tristeza y alegría a la vez, entrar a un nuevo país, en pleno Año Nuevo, sin dinero y en semejante lugar de ensueño.
Purmamarca en lengua Aymara significa "pueblo de la Tierra Virgen", es un pueblito pintoresco y mágico, sus casas son hechas en adobe y su plaza central es sede de un mercado de artesanías variado y autóctono, además es imperdible y gratuito el Paseo de los Colorados, una ruta alucinante que te rodea de montañas multicolor a donde sea que mires.
Una pequeña galería del casco urbano de Purmamarca, un pueblito encantador del norte de Argentina
Galería de nuestro paso por el Paseo de los Colorados, un camino alucinante entre cerros con variedad de colores, un recorrido que se puede hacer en automóvil, moto o a pie
Pues bien, coincidimos en Purmamarca con Edwin Gutiérrez, nuestro gran amigo y consejero @fotorutero, un motoviajero colombiano que seguíamos desde antes de comprar a Changüa, pues él también tiene una Yamaha Teneré 250 y desde hace 2 años estaba recorriendo América del Sur, nos asesoró y aconsejó respecto a la moto y al viaje como tal, y la vida en el instante en que más lo necesitábamos, nos permitió conocerlo personalmente. En serio que la vida es muy misteriosa, pero confirmamos que los tiempos en que ocurren los sucesos son perfectos y nosotros en este estilo de vida que llevamos hace 5 meses los aprendemos a recibir con total aceptación y sin reparos.
Purmamarca nos dio una fuerte lección en pleno año nuevo, no tener ningún peso en el bolsillo nos llevó a cambiar de mentalidad y junto a las enseñanzas de Edwin, el mejor maestro, comprendimos finalmente que la única alternativa para avanzar en ese momento era implementando el trabajo -al que tanto le estábamos huyendo- de vender en el camino postales y manillas para generar ingresos que cubrieran el sustento básico, era la única manera de seguir viajando, así que tuvimos que vencer nuestros miedos y creencias limitantes en el proceso para lograrlo. Este hecho marcó en nosotros un antes y un después en el proyecto de Rolombian Travel.
Para cerrar con broche de oro este emotivo capítulo en nuestras vidas, compartimos camping libre por el Paseo de los Colorados junto a Edwin, acompañados por un grupo de viajeros en motorhome, vivimos una noche inolvidable y la magia de Purmamarca pintó de color nuestra vida nuevamente, recargamos las pilas y a seguir avanzando hacia el sur.
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📽 🇦🇷 PURMAMARCA & SALTA, EL INICIO DE UN NUEVO VIAJE 🏍 - CAP. 32 | Después de llegar a Argentina y disfrutar de las Salinas Grandes de Jujuy, en medio de grandes cactus alrededor y un zigzagueo por la Cuesta de Lipán, llegamos a un mágico lugar rodaeado de cerros multicolor llamado Purmamarca. La vida nos daba nuevamente otra fuerte lección, estábamos derrotados y a punto de tirar la toalla, no teníamos un solo peso en nuestros bolsillos y pasar nuestro primer año nuevo lejos de casa nos afectó muchísimo.
Pero éste viaje no para de sorprendernos y nos llegó una sorpresa directamente desde Bogotá, Edwin Gutiérrez @fotorutero, un motoviajero que llevaba casi 2 años rodando por América del Sur y que seguíamos por redes sociales ¡por fin lo conocíamos en persona! Él, además de inspirarnos y motivarnos, fue clave para poner en práctica la manera de generar ingresos en el camino y poder avanzar en la ruta. De paso nos contactó con una linda familia en Salta la linda, y para llegar hasta allá pasamos por otro camino de ensueño "La Cornisa" por la Ruta 9.
El norte argentino nos regaló tantos momentos inolvidables, momentos que nos ayudaron a crecer y por primera vez sentimos que podíamos lograr lo que nos propusiéramos. ¡No se pierdan este capítulo! 📽
Muy buena información 👊👊👊